Hoy celebramos su día.
Y creemos que es importante empezar recordando el amor que tenía el Padre Luis por Jesús y que lo manifestaba con todo su ser y hacer, pues procuraba que todo lo que hacía y decía estuviese conectado con lo que Jesús hubiese dicho y hecho en cada momento.
Tanto fue así, que en cada hombre y mujer necesitada podía ver a su Maestro. En esos encuentros podía devolver todo el cariño que sentía que Dios le regalaba. En el año 1721, el Padre Luis se encontró con un soldado herido, su amor al prójimo hizo que cuidara de él durante varios días con mucho desvelo. Luego, a causa de los esperados cuidos, se contagió de la enfermedad de este soldado. Antes de fallecer se reunió con las hermanas a las cuales les dijo: “Para tenerlo todo sobrado, conténtense siempre con poco”. Y con estas palabras, que definían la vida de sacrificio, amor y servicio que llevó el Padre Luis, se despidió de este mundo dando un verdadero ejemplo de vida.
Su vida hoy más que nunca se convierte en referente para nosotros. Y que menos, que compartirlo con vosotros.
¡Feliz Día!
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